El «boom» del ajedrez como herramienta educativa
Varios proyectos en España han introducido el juego en colegios y hospitales para mejorar el rendimiento escolar y luchar contra la hiperactividad.
FEDERICO MARÍN BELLÓN
Un equipo español con sede en el Club de Ajedrez 64 Villalba es pionero en el tratamiento de niños con hiperactividad y déficit de atención. Ajedrez y TDAH nació en 2012, en colaboración con el Hospital General de Villalba. Participan en él asociaciones como Fundación Activa, ADHD, APDE Sierra y CADE. El proyecto ganó hace unas semanas el primer premio en la London Chess Conference, congreso de ajedrez educativo y social en el que participaban más de 120 equipos de treinta países. Las propuestas de Sudáfrica y Canadá quedaron finalistas por detrás de la española, que presentó Luis Blasco, árbitro internacional, monitor y presidente del club de Villalba.
Su entusiasmo y capacidad de trabajo como impulsor del ajedrez desafía a los relojes. Después del reconocimiento londinense, voló a Bruselas para presentar ante el Parlamento Europeo su otra línea de actuación, Castle Project, que lucha por introducir el ajedrez en los colegios. Allí pudieron verse otros siete planes educativos. Destacaba el liderado por la húngara Judit Polgar, la mejor jugadora de la historia. La próxima parada de Blasco será el IVCongreso de Pedagogía y Aplicaciones del Ajedrez en el Aula, que organizan los colegios Gredos San Diego, la UNED y la Federación Española de Ajedrez.
El origen de estos movimientos se remonta a 1995, como mínimo, cuando el Senado español recomendó el ajedrez como asignatura. En 2012 fueron los diputados europeos los firmantes de una moción similar, pero en todo el continente. El año pasado, nuestro Congreso sacó adelante una proposición no de ley, votada de forma unánime por todos los partidos. Pese a todas estas declaraciones de intenciones, en dos décadas no se han hecho tantos avances como cabría esperar.
Castle Project se mueve en la misma línea, dentro del programa europeo Erasmus+ y en colaboración con clubes de Italia y Alemania. Su particularidad es que promueve la formación de los maestros de cada centro, para que sean ellos quienes impartan luego la asignatura. Si esta se convierte en obligatoria, sería más caro y complicado conseguir monitores especializados para todos los centros.
Chicos con TDAH
A los chicos con déficit de atención o hiperactividad el juego les ayuda a concentrarse mejor e incluso a reducir su medicación. El equipo de Collado Villalba incluye psiquiatras y monitores de ajedrez. Niños diagnosticados con autismo, síndrome de Asperger y otros trastornos también pueden beneficiarse de algo tan simple como un tablero blanquinegro y 32 piezas. No sorprende que empiecen a proliferar otras líneas de trabajo similares, como las que realizan el Hospital Universitario de Puerta de Hierro y el Club de Ajedrez Magic.
Un posible efecto es el peligro de lanzar las campanas al vuelo. Luis Blasco es el primero que se muestra prudente con las virtudes terapéuticas del ajedrez. Muchos padres, cuenta, después de dos o tres semanas lamentan que sus hijos no se hayan «curado», como si las piezas pudieran obrar un milagro vedado a años de tratamiento médico. «El ajedrez tampoco es válido para todos los niños», añade. «Hay casos graves con los que nuestro método tampoco ayuda».
Uno de los secretos es que en sus clases participan muy pocos alumnos. Otro, que no se trata en sentido estricto de lecciones de ajedrez. De allí no salen campeones. «No buscamos resultados deportivos, sino educativos». El juego y las piezas sirven para lograr el interés y la atención de los muchachos, para introducirlos en un universo manejable y regido por unas leyes sencillas e inamovibles. Los ejercicios tampoco son como los problemas que publica ABC en su página de Pasatiempos. Se adaptan a la capacidad de cada persona. Se utilizan los rudimentos del ajedrez en ejercicios de todo tipo:cálculo, memoria, pensamiento, ordenamiento, valoración...
Desde Educación infantil
En las clases con niños sin problemas la idea no es muy diferente.Es un espectáculo ver a Luis atrapando la atención de canijos de cuatro años sin ningún conocimiento previo del juego. Mientras enseña cómo mueven y cuánto valen las piezas, les pone ejercicios que fomentan mejoras en multitud de campos. Otro de los objetivos es desarrollar su capacidad motora. Algunas lecciones son físicas, con tableros gigantes sobre los que los niños caminan y hacen de piezas. Es casi una experiencia mágica, un puente entre realidad e imaginación que aumenta la autoestima, mejora la capacidad psicomotriz y construye relaciones con los compañeros a partir de la lealtad, la responsabilidad y la cooperación.
Colegios participantes
En la Comunidad de Madrid, Castle Project ya trabaja en colegios como el Cañada Real de Collado Villalba, San Miguel Arcángel de Moralzarzal, Antoniorrobles de San Lorenzo del Escorial y Sierra de Guadarrama, además de El Porvenir, en Madrid, y el Jaime I de la localidad castellonense de Nules.
El proyecto tiene una duración de tres años y abarca de primero a quinto de primaria, con cursos de veinte horas presenciales y apoyo «online» a los profesores.
Mejora la inteligencia, ejercita la memoria, la concentración, la capacidad de cálculo...
¿Por qué existe esta fiebre por el ajedrez? «The New York Times» dedicaba el pasado viernes un extenso artículo al auge del juego entre «pequeños campeones». Los innumerables estudios dedicados al asunto sostienen que, entre otras virtudes, ayuda a desarrollar la inteligencia, ejercita la memoria y la capacidad de cálculo, la concentración y la paciencia. El rey de los juegos también enseña a los más pequeños a responsabilizarse de sus acciones y a entender las consecuencias de los errores. Puede que una de las mejores enseñanzas sea la capacidad para hacer comprender a sus practicantes que no es posible culpar a otros de nuestros problemas. Es raro que el árbitro tenga alguna incidencia en las partidas, al igual que el tiempo, la mala suerte y otras excusas habituales en otros ámbitos. En el tablero, los chicos necesitan aprender a valerse por sí mismos y a tomar decisiones. Adquierenvalores sociales y ordenan el pensamiento. Cuando empiezan a utilizar el reloj en las partidas, herramienta a la que deben acostumbrarse cuando adquieren cierto dominio del juego, aprenden también a gestionar el tiempo. El ajedrez, por otro lado, fomenta la imaginación y la creatividad. No cura el resfriado, pero es bueno para casi todo lo demás. Tiene otras grandes ventajas prácticas: es barato, se puede practicar bajo techo o al aire libre y carece de efectos secundarios, salvo que es muy adictivo.
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- Publicado: - Jun 05, 2016